Se dice que los oasis son muy difíciles de encontrar, espejismos en medio del desierto. Si te encuentras en Madrid durante el verano puedes descubrir uno cada día a partir de las 19:30 en el Jardín Botánico de la Universidad Complutense. El martes 25 de junio acudimos a ese oasis y tuvimos la oportunidad de poder escuchar a Carlos Núñez & The Chieftains.
Soy de los que creen, que los lugares tienen su propia canción. Una música especial y diferente. Si no me crees, cierra los ojos y piensa en el lugar que te gustaría volver a estar ¿A que suena?
Yo lo tengo claro, mi sonido proviene de Galicia e Irlanda; de sus rías y sus mares, de sus montañas y sus acantilados. Del verde esperanza que cubre a ambos parajes. Y ambos sitios los pude visitar ayer de nuevo gracias a Carlos Núñez y a los Chieftains en las Noches del Botánico.
Generalmente, estamos acostumbrados a que los conciertos de las Noches del Botánico den comienzo a eso de las nueve de la noche, en esta ocasión empezó media hora más tarde. En otro tipo de concierto este puede ser un inconveniente, en cambio, en el oasis de Ciudad Universitaria es una oportunidad para poder ver y disfrutar todo lo que nos ofrece (además de sus conciertos): Tiendas de artesanía, diferentes locales de restauración, magníficos jardines donde uno se puede sentar y disfrutar de una cerveza o un vino. Incluso, una serie de conciertos de pequeño formato, pero de muy buena calidad.
A las nueve y media, el espectáculo daba comienzo. El concierto llamado “30 años de música Juntos” se dividiría en dos partes, en la primera una mayor predominancia de Carlos Núñez y música más de tradición gallega y luego una segunda parte con mayor influencia de los Chieftains y música de tradición irlandesa. Aunque ambos elementos se combinarían formando un espectáculo digno de admiración.
Carlos Núñez proveniente de la ría de Vigo, destaca como uno de los mejores gaiteros a nivel internacional. Una persona que ha llevado siempre la cultura gallega allá donde ha tocado. Y os aseguro que han sido numerosos sitios tanto a nivel nacional como internacional. Ha compartido escenario con grupos como The Who o los Rolling Stones, ha compuesto canciones con artistas de la talla de Joan Manuel Serrat, Luz Casal, León Gieco o Roger Hodgson, por decir algunos nombres. Aunque el grupo que siempre estará en el corazón de Carlos son los Chieftains.
Carlos salió al escenario con su gaita como bandera, dispuesto a sorprendernos y maravillarnos. La primera canción que sonó fue “La isla del Tesoro”, un tema predominado por las gaitas y que servía de muy buena introducción para el concierto que estábamos a punto de disfrutar. Además, esta canción sirvió como un homenaje a The Chieftains, ya que fue una de las primeras canciones que grabó con ellos.
Es sorprende la facilidad que tiene Carlos para poder interactuar con el público, haciendo que el concierto continuadamente estuviera vivo, contándonos de donde viene esta canción, como conoció al bueno de Paddy Moloney, sus aventuras por Latinoamérica con los irlandeses o cuanto tocaron en Nueva York con The Who. Tras varios temas como “Camino de Santiago” o “Irmandade das Estrelas” aparecieron varios componentes de los Chieftains, el aplauso del público fue ensordecedor. Nos presentaron canciones como “Galleguita” canción con ritmos cubanos tras sus aventuras por la Habana o su versión celta de “Baba O´Riley del grupo de Pete Townshend y Roger Daltrey.
Si creíamos que no habíamos parado de bailar, estábamos equivocados. Tras veinte minutos de descanso la segunda parte del concierto estaba a punto de empezar. Bailes irlandeses, canciones de música popular (esas que son entonadas en las tabernas) o grandes himnos de la música celta nos esperaban.
Todo ello llevado por un grupo como los Chieftains, celebrando su 57 aniversario como banda. Un grupo fundado en las calles del Temple Bar y uno de los mayores exponentes de la música celta.
La segunda parte empezó con bailes céili, para continuar con canciones de canticos populares como “Cotton-eyed Joe” o “Here’s A Health To The Company” ambas cantadas por Kevin Conneff. Posteriormente una voz celestial apareció en el juego para cantar la canción “The Foggy Dew”, una de las canciones más conocidas del grupo, consiguiendo uno de los momentos más emotivos del concierto.
La fiesta continuaba, más danzas irlandesas, canciones en gaélico irlandés, bandas de gaitas compuestas por más de 10 personas hacían más épico si cabe la actuación, himnos memoriales como “O´Sullivan’s March” o “A Rianxeira” cantada a capela por un público entregado.
El concierto había llegado a su fin, los artistas se iban presentado uno a uno y haciendo un solo con cada instrumento. El espectáculo que estábamos viendo no iba a ser fácil de olvidar. Hay un dicho popular en Galicia que dice: Non hai festa rachada sen muiñeira de chantada. Y como no, así acabo el concierto, con la “muñeira de chantada”.